Recintos olvidados - Marlon Francisco



Sin ánimo de ser moralista, pues quien conozca a Marlon Francisco sabe que él está más allá de la moral, en mis palabras también hay una reivindicación de la poesía lírica frente aquella que se escribe inspirada en un grillo de coca. Reivindico al escritor lírico, no al performático. Aunque a veces pueda parecerlo, la poesía no es un happening, es un encuentro diario, casi una batalla, fundamentalmente individual, más allá de los interlocutores a quienes se escribe, o los lectores.
Marlon Francisco utiliza este artilugio a lo largo del libro. Revelar el secreto no me corresponde, pero sé muy bien que Radhika o Giorgio no son meras construcciones. Hay un sentimiento tangible que rodea las cartas a Radhika y los poemas de Giorgio, llamémosle separación, pérdida, ruptura o abandono.
La catársis que cada poema lleva consigo se debe a la música y las rimas asonantes. El touché de los últimos versos no es el del esgrimista, sino el del trágico que reconoce que morirá al final de cada línea. Sólo para volver a nacer.

Declaro mi incompetencia sobre el género, pero sé que hay que leer a Marlon Francisco, ineludiblemente, acompañando sus poemas con música de ópera. (César Ramiro García).


Presentación del libro Recintos Olvidados de Marlon Francisco
Foto de Luis Guillermo Pineda Rodas

(Presentado en Arte café, Amatitlán, Guatemala, en noviembre de 2009. Comentado por Adelaida Loukota.)


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