Doce años que son mucho más que doce años

 

Cada año que pasa, las redes sociales personales y de Alambique registran cada nuevo aniversario de la editorial y las personas que aprecian el proyecto, muy generosamente, envían sus felicitaciones y algún comentario de ánimo para continuar con el trabajo. Hace setenta y dos horas fue ese día del año o habría sido, porque esta vez no hubo publicación acompañada de corazones o pulgares en feisbuc. Este año las sensaciones son diferentes y tienen que serlo 16 meses después del inicio local de la pandemia. Por eso, esta ocasión preferí reflexionar sobre los 12, tan fácil que es teclear la cifra, años de Alambique. Estoy redactando esto mientras escucho un listado conciertos para fagot de Vivaldi y voy formando, al mismo tiempo, este texto en mi cabeza, por eso podrá transmitir la sensación de improvisación. Dicho lo anterior, empecemos.

 

Los viajes

Alambique ha tenido la oportunidad de participar en Festivales y distintas presentaciones en ciudades como Guatemala, Amatitlán, Antigua Guatemala, Cobán, San Salvador, Panamá y Frankfurt, lo que nos ha dejado claro la necesidad de estrechar vínculos con otros espacios y otros proyectos; ayudar a que los materiales de creación literaria circulen, se compartan, que en Guatemala o Panamá se pueda leer la obra de escritorxs de México o El Salvador; que en Frankfurt se pueda leer creación literaria publicada en Mesoamérica. Dado que el autoritarismo, la mano oscura que decide quien vive y quien no, las estructuras alienantes y cualquier forma de atropello a la dignidad humana se han globalizado, que se globalice también la poesía, el pensamiento crítico, las historias tejidas por dos o más manos. La literatura.

  

Las manos y los corazones

Alambique puede funcionar gracias a una red de personas que contribuyen con la elaboración física de los libros, a quienes confían en el criterio editorial para dar a conocer su trabajo literario, a quienes consideran que la editorial ofrece propuestas literarias merecedoras de un lugar importante en el tiempo que vivimos y, solo ese mismo tiempo lo dirá, en un futuro próximo o no tanto. Así, nos enorgullece haber podido entablar comunicación y recibir el invaluable respaldo de tantas personas que alimentan el catálogo de la editorial, que colaboran con comentar un libro durante su presentación, que compran un ejemplar, que recomiendan su lectura en su círculo de amistades. Sí, recurriré a una frase que ya he pronunciado en alguna otra oportunidad: Alambique continúa aquí porque ustedes continúan ahí.

 

Los años sabáticos 

Los proyectos culturales suelen tener la debilidad de estar muy lejos de una estructura empresarial. Esto significa que su desenvolvimiento está atado al estado emocional, económico, ideológico y personal, en general, de quien o quienes lo desarrollan. Alambique no está exento de esa circunstancia, por lo que en sus 12 años de vida ha sufrido, al menos, 3 periodos de cese involuntario de actividades: un divorcio, la extenuante ocupación en eso que llamamos trabajos formales (como si los proyectos culturales no lo fueran) y una pandemia. De esta cuenta, Alambique se ha detenido durante unos 44 meses: 3 años con 8 meses. Aun así, hemos logrado publicar 25 títulos, 19 de poesía y 6 de narrativa corta.

 

Los méritos (o las auto-porras) 

Son incontables las satisfacciones y alegrías que Alambique nos ha regalado en 12 años. La principal, por supuesto, es cumplir con su objetivo inicial: ser un vehículo que lleve propuestas literarias nuevas, arriesgadas, con agallas al público lector / reducir costos de producción para poder ofrecer libros a precios accesibles para muchas personas históricamente excluidas del mundo del libro. Dos en una.

Luego, el gusto que muchas personas encuentran en la propuesta estética. Un libro manuscrito suele tener un efecto especial en quien lee… y en quien escribió.

Aunque me he propuesto no mencionar nombres porque no sea que deje algunos sin mencionar, sí diré que es orgullo para Alambique ser el espacio que dio cabida a la ópera prima de muchxs autorxs que merecen este y tantos más espacios; algunxs de ellxs, con una trayectoria cada vez más importante, labrada a pulso y por mérito propio.

Alambique cree con fervor en la inclusión y, ya lo dije arriba, ha publicado 25 títulos: 12 escritos por mujeres y 13 escritos por hombres. Al principio, ese equilibrio no fue buscado adrede, ahora sí, porque entendemos su importancia. Como parte de la inclusión, también hemos publicado, aunque menos, autorxs de la diversidad sexual. Nuestra meta próxima es publicar autorxs de los pueblos originarios, téngannos paciencia.

Un amigo calificó a Alambique como un proyecto chilero y contra-hegemónico (sic). Probablemente esos sean los calificativos más bellos que ha recibido.

Todo lo anterior alimenta la fe que muchas personas tienen en nuestro trabajo. Esa confianza es el mayor obsequio que podemos recibir y atesoramos con amor.

 

El futuro

Aunque haya muchos obstáculos en el camino, como la ausencia de políticas públicas en apoyo a los proyectos culturales de bajísimo o nulo presupuesto, siempre hay cómplices en el camino, el espacio idóneo, el capital cultural, la mano amiga que nos permite ir sorteando baches.

Más de un año de pandemia nos ha dado las pruebas irrefutables de que la mejor apuesta para la construcción de humanidad es la empatía, la solidaridad, la comunidad, el pensamiento crítico, el arte, la literatura, la palabra como puente entre las personas.

Alambique va en busca del futuro, en busca de personas por incluir, en busca de propuestas literarias bellas y valientes… y estamos preparando ya los próximos títulos, lecturas que serán una bocanada de oxígeno puro en medio de esta atmósfera enrarecida. Gracias por permitirnos cumplir estos 12 años que son eso y muchísimas cosas más.

 


 

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